Aquel pequeño caracol emprendió la ascensión a un
cerezo en un desapacible día de finales de primavera. Al verlo, unos gorriones
de un árbol cercano con chulería, estallaron en carcajadas: «¿no sabes que no hay cerezas en
esta época del año?» El caracol, sin detenerse, replicó: «no importa. Ya las
habrá cuando llegue arriba». Llegara o no llegara, el caracol ya las anticipaba
en su imaginación, comenzando a subir.
La paciencia es la semisuma de un trabajo modesto
y de una imaginación potente que anticipa el resultado, es decir, de una mirada
positiva y propositiva.
Paciencia,
no hay que saltar etapas: poco a poco la lana se transforma en tapiz.
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