Las plantas del
desierto me impresionan, porque se adaptan para sobrevivir a
un lugar hostil lleno de arena dunar, sol y viento seco.El agua es un
bien preciado, y su característica principal es su forma de almacenarla de
forma inteligente. Realmente la naturaleza es sorprendente, porque parece que estos seres vivos tuvieran personalidad.
Como formas de adaptación, ciertas especies tienen una capa cerosa que
cubre las hojas y les ayuda a no perder agua, incluso algunas tienen pelo
.También estomas, que son diminutas aberturas, por las que transpiran para
evitar la evaporación.
Algunas de estas plantas
están llenas de historias: Hoy os cuento una de las leyendas.
El cactus
Se dice que los
cactus gigantes que hay en Amaicha del Valle, son indios que convertidos en plantas
vigilan los cerros. Velan por la felicidad de sus habitantes para no ser
perturbados por extraños deseosos de conquistar sus tierras. Estos indios
guerreros nunca recibieron la orden de atacar, y la Pachamana- la Madre tierra-
piadosa los adormeció y los unió al suelo cubriéndoles de pinchos para evitar
que los dañaran. Se convirtieron según la leyenda en Cardones. Y siguen allí
vigilantes.
Efectivamente es
una planta que está siempre a la defensiva y no deja que se le acerquen. Marca
su terreno con sus púas afiladas y te pincha aunque lo que pretendas sea
cuidarlo. Y claro, acabas con espinas en los dedos.
En realidad sus
púas están pensadas para defenderse de los múltiples animales del desierto en
el que vive. Esos animales buscan desesperadamente la riqueza del agua que hay
en el interior de los gruesos tallos del cactus para calmar su sed. Con tanta
aridez, la supervivencia es dura, y triunfa la ley del más fuerte, como en las
películas del oeste donde aparecen.
Realmente que estas especies desérticas sean resistentes no significa
que sean indestructibles; se desarrollan mejor cuando se imita en lo posible su
entorno de temperatura elevada y gran cantidad de luz.
Por desgracia el
último cactus que tuve cerca del ordenador, se salió del tiesto y acabó
perdiéndose. Ahora tengo una pecera pequeña con un Luchador de Siam que tiene
una cola azul espectacular.
Aquí os dejo un
cactus hecho con arte. Está realizado por el artista Miha Artnak y tiene unas 20.000
chinchetas boca arriba, casi nada...en estos casos, mejor guardar las distancias,no?
Enlace de artnak.net |
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