Reflexiono esta semana como no podía ser de otra manera,
sobre uno de los temas universales sobre
el que han escrito de forma reiterada y vehemente poetas, filósofos y
escritores varios, de muy diversa índole y catadura. El AMOR.
Hay quien para escribir sobre este tema lo vive y aplica de experiencias propias, y
también quien se nutre de ajenas, o con vívida imaginación se lo inventa,
porque sobre esta cuestión hay muchos largos cuentos de los que acaban con
perdices, o no.
Para tratarlo recurro
a Stehdhal escritor francés y filósofo del
siglo XIX que hizo una catalogación de tipos de amor. Parece que desde el punto
de visto amoroso fue un hombre lleno de musas y amantes que lo inspiraban para
su literatura.
Consideraba que existían 4 tipos: el amor-placer, el
amor-físico, el amor-vanidad y el amor-pasión.
El amor-Placer:
Es como un amor galante con buenas maneras y refinamiento pero sin
enamoramiento verdadero. Del que el autor hace una mención escueta.
Del amor-físico
decía Stendhal: “Yendo de caza, hallar una hermosa y fresca campesina que
huye por el bosque. Todo el mundo conoce el amor fundado en esta clase de
placeres; por muy árido y poco afortunado que sea ese carácter, se comienza por
ahí a los dieciséis años”.
Creo que la
escena que relata refleja perfectamente lo que Stendhal quería decir.
El amor-vanidad es amar a alguien que es muy
deseado por los demás, este es el criterio. El hecho de conquistarlo acrecienta
la vanidad del conquistador. Es un amor Don Juanesco, narcisista y falso. Donde
el amante se ama más a sí mismo y es el reto de conquistar lo que le atrae, que
se hace más interesante cuanto más difícil se lo ponga el objeto amado.
Pero donde
Stendhal hace el relato más extenso es en su definición de amor-pasión: Que es un
amor idealizado. Donde al objeto amado se le atribuyen ese cúmulo de virtudes
que lo hacen objeto de admiración. Sólo nos enamoramos de aquello que se nos
representa como el ideal de la
perfección. A esto se le llama cristalización:
"Si se deja a la cabeza de un
amante trabajar durante veinticuatro horas, resultará lo siguiente. En las
minas de sal de Salzburgo se arroja a las profundidades abandonadas de la mina
una rama de árbol despojada de sus hojas por el invierno; si se saca al cabo de
dos o tres meses, está cubierta de cristales brillantes; las ramillas más
diminutas, no más gruesas que la pata de un pajarillo, parecen guarnecidas de
infinitos diamantes, trémulos y deslumbrantes: imposible reconocer la rama
primitiva. Lo que yo llamo cristalización es la operación del espíritu que en
todo suceso y en toda circunstancia descubre nuevas perfecciones del objeto
amado".
Ortega y Gasset en su
estudio sobre el amor hablaba también de esta catalogación de Stendhal y decía
sobre el amor-pasión lo siguiente:
"Nos
enamoramos cuando sobre otra persona nuestra imaginación proyecta inexistentes
perfecciones. Un día la fantasmagoría se desvanece, y con ella muere el amor.
Esto es peor que declarar, según viejo uso, ciego al amor. Para Stendhal es
menos que ciego: es visionario. No sólo no ve lo real, sino que lo suplanta".
Es un amor falso. Como un falso ídolo.
Y como basado en idealización, admiración irreal
hecha por la mente, en cuanto se percibe la verdadera personalidad del sujeto
amado, como dicen en el cuento: El Príncipe se convierte en rana y con ello
acaba el encantamiento.
¿No concebía por tanto Stendhal un amor distinto
basado en realidades?
¿Fue esta su experiencia autobiográfica sobre el
amor porque sufrió desengaños?
Parece que sí que fue una experiencia, la que
inspiró su obra “Del Amor".
Con lo cual se dejó en el tintero otros muchos “tipos
de amor”. Del que se podrían hacer sus correspondientes catalogaciones. Casi
hay tantos como personas. Y algunos parecen de Verdad y no de plástico.
Ya Ortega y Gasset nos hablaba del –Amor- distinguiéndolo
del –Enamoramiento-.
Si hablamos de Amor, con sus defectos, quizás sea el
que se acerca a lo cotidiano, y coge carrerilla con el tiempo, aunque tenga sus
vaivenes y sus momentos críticos, que al superarlos, dan lugar a una elevación
de Amor en toda regla.
(...)Como si de un sortilegio se
tratase
Veo el Amor en sus pupilas
glorioso
A veces luce ese cariño gozoso
Otras sin embargo es efímero en
su base
Son días tan sólo de volatilidad
Donde abunda el anhelo
Y acuciantes quehaceres que
priman con celo
Marcan la cotidianeidad
Si, veo el amor en sus pupilas
glorioso
Cada día hasta el dulce postre
ávido
Incluso en el antigripal de limón
acido
Y en cada espera de semáforo en
rojo
Porque sin preguntar se burla de
la prisa
y aún con anhelos de mundo
No se idolatra con sorna o risa
Ya estamos en el acto segundo
De esta obra financiada con Visa
Y eso… no es tan profundo
Me refiero a esa felicidad
hipotecada
Donde nos atrapan con perfiles
engañosos
Donde si rascas no hay nada
pero yo, veo el Amor en sus
pupilas glorioso
(…)
(Trozo de un poema suelto dedicado, que se ha caído
del techo de
la redacción de este escrito)
Y Benedetti, poeta sencillo y directo, sobre Enamorarse escribía:
Enamorarse y no
Cuando uno se enamora las cuadrillas
del tiempo hacen escala en el olvido
la desdicha se llena de milagros
el miedo se convierte en osadía
y la muerte no sale de su cueva
enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta al árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio
por el contrario desenamorarse
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba
es regresar más pobre al viejo enigma
y dar con la tristeza en el espejo.
del tiempo hacen escala en el olvido
la desdicha se llena de milagros
el miedo se convierte en osadía
y la muerte no sale de su cueva
enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta al árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio
por el contrario desenamorarse
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba
es regresar más pobre al viejo enigma
y dar con la tristeza en el espejo.
Y sobre el Amor Benedetti escribió:
Te quiero
Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos…
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos…
Ilustración de Majofa |
Ilustración de Majofa |
Ilustración de Alfredo Piermattei |
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