Erich
Fromm fue un psicoanalista y filósofo que renovó la teoría de la psicoanalítica
a mediados del siglo XX. En su libro ¿Tener o Ser? Hace un
análisis sobre el ser humano y lo que verdaderamente es, con respecto a lo que
son las apariencias. Y el valor del ser con respecto al tener.
Tener parece
ser la principal dirección del individuo en una sociedad donde, trabajo y cierta
posición social, dinero, poder y fama, son las metas que engordan el ego .Erich
From dice que tal cual está planteada la
realidad y los valores actuales, la misma esencia de ser consiste en tener; y
si el individuo no tiene nada,parece que no es nadie y no se le respeta.
Contrapone
sin embargo esta visión entre oriente y
occidente. Oriente como una sociedad interesada en las personas y occidente
interesada sin embargo en las cosas. El afán de lucro y fama y prestigio como
el afán de la vida.
La
discusión sobre el ser ha sido planteada por filósofos desde siempre. ¿Qué es ser? Y Fromm expone que un ente
vivo es cambiante:
“La idea de ser implica un cambio,
significa devenir, y tiene sus dos representantes más grandes y más firmes en
el inicio y en el cenit de la filosofía occidental: en Heráclito y en Hegel”
Quiere
decir que no somos siempre los mismos, vamos cambiando y en el mejor de los
casos evolucionando. Nuestros sentimientos cambian, nuestras opiniones,
nuestros comportamientos, nuestros gustos, incluso nuestro físico se modifica a
lo largo del tiempo. Todo está en continuo movimiento aunque parezca
imperceptible. Un orgullo y
ego herido, puede transformar al individuo. Aunque lo adecuado es avanzar y
evolucionar y que durante el proceso cambiante no se produzca un retroceso.Sin embargo interiormente se pueden estar dando pasos de gigante, aunque desde el punto de vista de la sociedad del tener, se vea insignificante.
Fromm
menciona en su libro entre otros a autores a Eckhart conocido teólogo y
filósofo alemán, que explica que la libertad humana se ve restringida en el
grado en el que estamos atados al ego y lo que poseemos.
“El hombre no debe considerar tanto
lo que hace, sino lo que es” .Eckhart
Hay personas que se colocan a sí mismas en un
pedestal por considerarse importantes en función de lo que hacen. Sobre todo
quienes ejercen profesiones de prestigio (Jueces, Notarios, Médicos, Políticos…)
Cuando lo que hacen no es lo que son. Creen ser merecedores de más
reconocimiento y mejor trato que los demás, en muchos casos basándose en su
influencia, y en algún momento han de aterrizar de la gran altura en la que se
encuentran artificialmente.
Lo
que somos con respecto a lo que aparentamos: Así lo expone Fromm.
“Hasta
ahora he descrito el significado de ser en contraste con tener; pero otro
sentido igualmente importante de ser se revela en oposición a aparentar. Si
parece que soy bondadoso, aunque mi bondad sólo sea una máscara para cubrir mi
afán de explotación, si parece que soy valiente, aunque en realidad sea vanidoso
y quizá suicida, si parece que amo a mi país, aunque fomente mi interés
egoísta, la apariencia, o sea, mi conducta manifiesta, está en contradicción
directa con la realidad de las fuerzas que me motivan.
Mi
conducta es distinta de mi carácter. La estructura de mi carácter, la verdadera
motivación de mi conducta, constituye mi ser auténtico. Mi conducta puede
reflejar parcialmente mi ser, pero por lo general es una máscara que tengo y
que me pongo para mis propios fines.”
Podemos parecer seres angélicos ante
el mundo, pero en realidad puede haber falsedad en nuestro comportamiento, el
tiempo desvela nuestro verdadero ser. Puede que la persona en verdad sea
egocéntrica y orgullosa. Y tarde o temprano se descubre la esencia .Pues una
cosa es el parecer y otra bien distinta el ser.Es lo que puede ocurrir ante
personas que padecen el enamoramiento y luego se sienten defraudadas. Ella “no es suficiente” con acuerdo a los valores
de Él. Y Él puede no tener la “talla” ni la “moral” adecuada para Ella. Pues aun
no siendo perfectos ambos, el ego busca siempre el tener el ideal de
perfección. De esta manera lo basado en la apariencia se rompe de inmediato, no
siendo necesario absolutamente nada más.
Si nuestros comportamientos no se
ven adecuados, porque desvelan un ser imperfecto, ni los del otro tampoco se ven
coherentes frente a los hechos, ante nosotros, no hay más que decir, si no hay
respeto del ser del individuo, que prevalece, como el que no gestiona
adecuadamente su vida.
Y por último está el
planteamiento de Fromm de lo que ocurre cuando lo que tenemos lo perdemos:
“Las
personas cautas en el modo de tener gozan de seguridad, pero necesariamente son
muy inseguras. Dependen de lo que tienen: del dinero, del prestigio y de su
ego; es decir, de algo exterior a ellas; pero, ¿qué les sucedería si perdieran
lo que tienen? Pues, sin duda, todo lo que se tiene puede perderse. Obviamente,
las propiedades pueden perderse (y con éstas generalmente la posición y los
amigos) y en cualquier momento el individuo puede (y tarde o temprano les
sucede a todos) perder la vida.
Si
yo soy lo que tengo, y. si lo que tengo se pierde, entonces ¿quién soy? Nadie,
sino un testimonio frustrado, contradictorio, patético, de una falsa manera de
vivir. Como puedo perder lo que tengo, necesariamente en forma constante me
preocupa esto. Tengo miedo a los ladrones, de los cambios económicos, de las
revoluciones, de la enfermedad, de la muerte, y tengo miedo a la libertad, al
desarrollo, al cambio, a lo desconocido. Por ello estoy continuamente
preocupado, y sufro una hipocondría crónica, en relación no sólo con la pérdida
de la salud, sino con cualquier otra pérdida de lo que tengo; me vuelvo desconfiado,
duro, suspicaz, solitario, impulsado por la necesidad de tener más para estar
mejor protegido.
lbsen
ofreció en su Peer Gynt una bella descripción de esta persona concentrada en su
yo. El verdadero héroe, sin embargo, sólo está lleno de sí mismo; (…)
Al
final de su vida reconoce que como su existencia se estructuró alrededor de las
propiedades, no logra ser él mismo, que es como una cebolla sin pulpa, un
hombre inconcluso, que nunca fue él mismo.
La
angustia y la inseguridad engendradas por el peligro de perder lo que se tiene
no existen en el modo de ser. Si yo soy lo que soy, y no lo que tengo, nadie
puede arrebatarme ni amenazar mi seguridad y mi sentimiento de identidad. Mi
centro está en mí mismo; mi capacidad de ser y de expresar mis poderes esenciales
forma parte de mi estructura de carácter y depende de mí. Esto también es
cierto en el proceso normal de vivir”
Bien lo dice Fromm-No vaya a ser
que perdamos lo que tenemos y dejemos de ser.
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