martes, 9 de abril de 2013

Las Grandes Ambiciones

Angeles Caso hace un tiempo escribió lo siguiente:

Lo que quiero ahora

Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.

Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.

Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.

Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo.


Del artículo se respira una determinada Filosofía de Vida, que se aleja de lo que parece que nos inculcan y graban a fuego desde la más tierna infancia. Hasta cualquier mamá se pregunta viendo a su pequeñ@ ¿Que vas a ser en la vida?.Como si No se fuera ya Alguien, desde que se nace.
Hay que ser "Importante", pero ¿Qué es ser Importante? ¿Importante para quién? ¿Vivir es tener dinero, poder, o éxito?¿Si no es así, no eres Nada ni Nadie?¿Es siempre una lucha por llegar, sin escrúpulos y pisoteando o trepando? pero llegar ¿Donde?¿en cuánto tiempo?¿Cómo?¿Por encima de qué o quién?¿A que hay que renunciar? Tener mucho dinero ¿nos da libertad o nos la quita? Si esos son los frágiles pilares mediante los que una persona se mide o valora, ¿Que ocurre cuando dejas de tener éxito y no hay más laureles, ni más fans que esperan el autógrafo? ¿Cuáles son los valores que hemos visto que tienen o han tenido los hombres con Cargos Importantes? ¿Llegan siempre los más valiosos o son otros con otras estrategias?


Cada uno que se responda como quiera a estas preguntas.
Claro está que hay que ganarse la vida, y vivir con dignidad, pero creo que no hay trabajos Importantes, sólo hay trabajos mal hechos o bien hechos, esten o no remunerados.Y poco a poco se van haciendo.
La grandeza de una persona se basa en otros elementos.
Y a lo que te dediques sea lo que sea, apórtale la mejor versión de ti mismo y no lo uses para hacer el mal, porque lo desennobleces, y lo que se te ha dado generosamente te lo pueden quitar.

Ángeles Caso habla entre otras cosas de -Sentir,Pensar,y Ser- y de tener serenidad y la conciencia tranquila. Yde mantener la libertad y el espíritu crítico.Se considera muy,muy ambiciosa.Termina diciendo, casi nada,-que lo quiere Todo-.

Si lo expuesto no convence y lo que necesita una persona para considerarse, o lo que busca en los demás para considerarlos o respetarlos es que sean o hagan "Trabajos Importantes", en esto si que la han engañado,y esta vez,inocente, se ha creído la Verdadera Mentira.

Ángeles Caso ejerció de periodista con éxito durante algún tiempo, pero pronto, a los 35 años decidió dedicarse a la literatura.En 2001 consiguió el premio José de Lara con la novela "Un largo Silencio".Finalmente ganó el Premio Planeta en 2009 con la novela"Contra el Viento".


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