Hablábamos de la importancia de la meditación para el
bienestar general y la felicidad.
Aunque esta práctica tiene un origen budista, es positivo abrirse
a su ejercicio, independientemente de las creencias religiosas. Médicos y
prestigiosos especialistas del cuerpo y de la mente, han demostrado sobradamente los múltiples beneficios que genera a todos
los niveles. En estos tiempos de grandes cambios y transformaciones, donde se
tambalean pilares y estructuras, es aún más saludable.
Si estás estudiando, o estás opositando, una labor difícil que
supone un firme convencimiento y un largo proceso en principio, poco recompensado,
es necesario mucha motivación y
concentración. La meditación va a ayudarte a tener la mente más despejada y a
retener.
Al igual que si tienes la suerte de estar trabajando, y has
de sobrellevar las dificultades laborales del día a día, o si estás de nuevo reinventándote,
para intentar encauzar tu vida laboral , con lo que necesitas energía y una
actitud positiva. Y también estará el afortunado, que no lo necesite, porque
pueda vivir de las rentas y de lo trabajado y ahorrado en la época de bonanza,y pueda seguir estudiando y aprendiendo,mientras escampa.
Sea cual sea tu caso, los beneficios que obtendrás al
dedicarle unos minutos al día a la meditación, son enormes.Es una manera de conseguir que nada te turbe, mantener la calma,
el equilibrio y la concentración.
Hay muchos tipos de meditación que contrarrestan
determinados estados negativos y potencian otros positivos.Como ejemplo los
siguientes que se consiguen a través de meditaciones de tranquilidad:
Con el Mudita bhvana se
contrarresta el rencor y la envidia desarrollando la alegría.
Con el Metta bhavana se
contrarresta el odio y se desarrolla el amor.
Con el Anapana se contrarresta la
distracción y se desarrolla la concentración.
Buda venció a
Mara- que es el principal demonio de la mitología budista, un ser que
representa la ignorancia espiritual, el apego y el odio-a través de la
meditación, que le aportó serenidad interior. Aunque Mara lanzaba flechas, tempestades,
truenos, ejércitos…a él sólo llegaban inofensivas y bellas flores que eran
reflejo de conocerse a sí mismo, de conocer a los demás y sus motivaciones, de su tranquilidad interior y de su conciencia.
Aunque haya quien hiera.Tú interior está sereno,no hay odio,ni rencor ni venganza.
Solo a veces mueve el deseo de aclarar, además de dar el aviso, ante esa guerra autoproclamada, de que lanzar flechas tiene consecuencias.
Pero que como oír llover, ni siquiera una inofensiva mosca perturba tu interior.
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